CONVERSACIONES CON OSCAR BENTO
Amalia García Rubí

Esbelto, caminar pausado, meditabundo, tranquilo, expresión amable y serena, rostro casi siempre relajado y hablar quedo. Oscar Bento es hoy un hombre en paz consigo mismo… y con el mundo, a pesar de no estar de acuerdo con muchas de las cosas que lo rigen. Hubo un tiempo en el que la euforia de juventud alimentaba sus inquietudes en tantos lugares como fuera posible, en pos de la libertad añorada. De aquel pasado quedó el inestimable poso de la experiencia y un cierto idealismo bien cosido a la armonía de sus conocimientos puestos en orden con la vida. Más allá de cualquier frontera, pasado ya el ecuador de una carrera larga en la pintura, Oscar Bento se encamina con firmeza hacia su fructífera madurez. Es este un tiempo feliz en lo primordial, entre otras cosas, porque como él mismo afirma, ha alcanzado algunos de sus sueños más anhelados, tanto en lo personal como en lo profesional.

 
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